Se necesita una nueva generación de estrellas de acción, dice el distribuidor alemán de “Expendables” y “John Wick”: De nosotros depende volver a formar nuevas estrellas”.

La reciente situación de EXPEND4BLES -que ni siquiera consiguió superar el fin de semana de estreno de su predecesora en la taquilla nacional después de 10 días en los cines- ha podido clavar uno de los últimos clavos en el ataúd de las películas de acción para viejos.

Otra prueba irrefutable es prácticamente toda la filmografía de Liam Neeson en la última década, en la que el veterano pateador de traseros ha luchado por encontrar algo que se acerque a la aclamación generalizada, mientras que repetidamente se ha anotado algunos de los estrenos de peor rendimiento de toda su carrera.

Por otro lado, Tom Cruise tiene 61 años y Keanu Reeves cumplió 59 el mes pasado, pero esas leyendas sin edad tienden a ser las excepciones que confirman la regla. El distribuidor de Expendables y John Wick, Fred Kogel, lamentándose de que no haya surgido una nueva generación, inevitablemente también se las arregló para disparar contra el género de superhéroes, como opinó en el Festival de Cine de Zúrich (según Variety).

“[Había] una gran identificación con el tipo de actor, con el físico del actor, así que podías identificarte con eso. Las nuevas generaciones ni siquiera saben quién hace qué. Creo que está en nuestras manos volver a crear nuevas estrellas, con el físico, con la apariencia y con el factor de simpatía, de gran actuación, eso es lo que se necesita. Está en nuestras manos. Así es John Wick. John Wick creó un género de acción completamente nuevo. ¿Quién iba a saber hace 10 o 12 años, después de Matrix, que Keanu sería capaz de volver a conseguirlo con su franquicia de más éxito?”.

Es difícil pensar en una estrella de acción rentable, comercializable y probada que no tenga al menos cuarenta y tantos años, así que no es que no tenga razón. Con la falta de sangre fresca para reemplazar a los veteranos y la carnicería asistida por CGI como prioridad para prácticamente todos los grandes estudios, es preocupante que el musculoso cabeza de chorlito pueda convertirse pronto en una reliquia más de lo que las ventas de entradas indican que ya es.