Tener una clasificación PG-13 no es excusa para la falta de sustos

Ahora que la esperada película Five Nights at Freddy’s ya está aquí, el consenso general es que la película PG-13 no da miedo. Pero antes de culpar de ello a los realizadores, que no accedieron a las peticiones de los fans de hacer una versión para adultos, un clásico del terror del pasado es la prueba de que no hace falta un exceso de sangre, sangre, desnudos o palabrotas para hacer una película de miedo.

FNaF se centra en el Mike Schmidt de Josh Hucherson, un joven motivado por mantener a su hermana bajo su custodia que le lleva a aceptar un trabajo como guardia de seguridad en la pizzería Freddy Fazbear’s, una cadena de comida en decadencia al estilo Showbiz Pizza que cuenta con mascotas animatrónicas. Sin embargo, no todo es lo que parece en el establecimiento, ya que los robots cobran vida durante la noche y pretenden asesinar a quienquiera que habite en el desaparecido restaurante.

Todo esto parece un buen guión para una película de terror y, de hecho, el videojuego en el que se basa tiene fama de ser increíblemente aterrador. Pero en la ejecución, los realizadores no consiguieron que este espectador sintiera ni un solo escalofrío durante toda la película, como expliqué en mi crítica negativa de la misma. ¿Será que la calificación PG-13 es demasiado apropiada para los niños como para provocar el terror?

Tras los rumores de una versión para adultos de FNaF, la directora Emma Tammi reconoció a Forbes que algunos fans la desearían. Sin embargo, afirmó que no existe tal versión y se mantuvo firme en su afirmación.

Si echamos un vistazo al pasado del género de terror, The Ring (El Aro), de 2002, es un ejemplo destacado de película PG-13 que llevó los sustos dentro de la limitación de seguir siendo aceptable para que la vieran los adolescentes. El resultado es lo contrario de la película de FNaF: Un clásico del terror que, en mi opinión, es una de las películas más terroríficas de la historia. La película, centrada en una misteriosa cinta de vídeo maldita que mata a quienes la ven una semana después, es la prueba de que se puede hacer una película de miedo aunque no sea estrictamente para adultos.

El éxito de terror que recaudó casi 250 millones de dólares en las taquillas de todo el mundo no es la única razón para creer que los sustos pueden venir de contenidos no aptos para adultos. Verás, incluso el juego original Five Nights at Freddy’s de 2014 recibió una calificación de “mayores de 12 años” en Common Sense Media. Como explica el resumen “Violencia y miedo”: “No se muestra violencia real, aunque hay algo implícito en pistas de audio y representaciones de cosas malas que pueden suceder. Aun así, sentirás miedo y tendrás una sensación de temor y tensión. Demasiado intenso para los jugadores más jóvenes”.

El hecho de que el juego original de FNaF fuera capaz de provocar emociones fuertes, como se puede ver en los famosos vídeos de reacción de YouTube como el de CoryXKenshin, y aun así no recurriera a contenidos de nivel R, no es más que otro ejemplo de cómo la adaptación cinematográfica ha dejado caer la pelota en ese departamento, ya que es notorio que no da miedo.

Sin embargo, es muy posible que se haya renunciado a los sustos para atraer a un público más joven. Dado que la película tiene fama de no dar miedo, eso podría contribuir a que los padres con hijos menores de 13 años dejaran así que sus hijos la vieran. El fenómeno cultural de FNaF va mucho más allá de los juegos y se ha convertido en un icono para muchos niños a través de medios como los cómics y YouTube. De hecho, es difícil no encontrar a montones de niños fans de FNaF de 12 años o menos en el cine, como han señalado muchos críticos.

Si tienes curiosidad por ver la película, que admito que tiene algunos momentos destacados, como la impresionante realización de los animatronics, Five Nights at Freddy’s está en cartelera en tu cine más cercano y en Peacock a través de una suscripción de pago.